¿Por qué es tan genial?

Anat Baniel hace mucho énfasis que el error de la rehabilitación y medicina actual es que quiere arreglar a los niños con necesidades especiales. Sin embargo ella nos propone que lo principal es conectar con ellos, es cambiar el paradigma de la reparación a la conexión. Y es ahí cuando llegas al cerebro del niño y la magia empieza.

¿Qué es un paradigma? Son aquellas creencias que tenemos o compartimos con una comunidad.

Para conectar tienes que ir al cerebro, la rehabilitación tradicional va al músculo y ABM a una conversación con el cerebro usando el movimiento como herramienta.

El movimiento no viene de los músculos, si no que del cerebro y eso es cambiar como vemos a la persona.

El movimiento es sinónimo de vida, de salud y de inteligencia. Si alguien no se mueve nos es motivo de preocupación, la respiración es un movimiento, el lenguaje es el movimiento del pensamiento. Por lo que como nos movemos es reflejo de lo que pasa en nuestra cabeza.

Si quieres saber qué pasa en la cabeza de alguien mira como se mueve.

El Fonchito por ejemplo, se mueve siempre y busca información táctil, ¿Qué me dice esto de su cerebro? Que necesita la constante necesidad de ponerle límites a su cuerpo, saber donde está.

¿Cómo funciona la terapia tradicional entonces?

Muchas veces se va a la periferia, al músculo, es refuerza el músculo para promover el movimiento. Entonces si quieres cambiar el cerebro y empiezas por el músculo es poco probable que puedas comunicarte con él.

¿La terapia tradicional funciona? Si, hay muchas personas que les sirve y por algo es el gold estándar de tratamiento. Pero, hay muchas personas que simplemente quedan en el rango de “su daño es muy grande” o “ casos imposibles” sin saber que a veces no es la patología el problema si no que la terapia.

¿Cómo lo hace, para ser tan genial el ABM?

Primero porque se basa en la neuroplasticidad como hoja de ruta, que el cerebro puede aprender y cambiarse a sí mismo toda su vida.

Segundo ayuda a la persona a tomar atención sobre sí misma, siendo la clave para comunicarse con el cerebro.

Y por último no fragmenta a la persona en especialidades, si no que la ve como una unidad.

¿Les parece interesante?

Los invito a revisar el Instagram del Fonchito y ver sus cambios